Capítulo 4. Monitoreo y detección de anomalías para tus conductos de datos
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Imagina que acabas de comprar un coche nuevo. Según la comprobación rutinaria previa a la compra, todos los sistemas funcionan según el manual, los depósitos de aceite y líquido de frenos están llenos casi hasta el borde y las piezas están como nuevas, porque, bueno, lo están.
Después de coger las llaves del concesionario, te pones en marcha. "No hay nada como el olor a coche nuevo", piensas mientras entras en la autopista. Todo va bien hasta que oyes un fuerte estallido. ¡Caramba! Y tu coche empieza a tambalearse. Te detienes en el arcén, enciendes las luces de emergencia y saltas del coche. Tras una breve investigación, has identificado al presunto culpable del fuerte sonido: un neumático pinchado. Por muchas pruebas o comprobaciones que haya podido hacer el concesionario para validar la salud de tu coche, no se pueden tener en cuenta incógnitas desconocidas (por ejemplo, clavos o escombros en la carretera) que puedan afectar a tu vehículo.
Del mismo modo, en los datos, todas las pruebas y comprobaciones de calidad de datos bajo el sol no pueden protegerte totalmente del tiempo de inactividad de los datos, que puede manifestarse en todas las etapas del proceso y surgir por diversas razones que a menudo no están relacionadas con los propios datos.
Cuando se trata de comprender ...