Prólogo
Era una noche de verano, Miguel Ãngel y yo estábamos disfrutando de un buen plato de pescado y compartiendo una botella de albariño en una de las tantas terrazas agradables que muchos restaurantes de Madrid ofrecen a sus clientes.
Al terminar la cena, durante la cual hablamos como siempre de nuestros trabajos y de la complicada situación que estaba atravesando el paÃs, Miguel Ãngel me dijo: «quiero escribir un libro sobre la banca y explicar todo lo que he visto en estos últimos tiempos, pero tengo el temor de ofender indirectamente a alguien o de levantar ampollas que puedan herir la sensibilidad de algunos lectores. Al mismo tiempo, si no lo escribo, revientoâ¦Â». Y asà nació Pierde la banca.
Estamos viviendo la peor crisis ...