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Los disidentes

El fanatismo, independientemente de la cobertura ideológica que ostente, no aspira a explicar los hechos, sino a impedir hacerlo, siempre con el objetivo de sustituir la racionalidad por una ciega confianza en los engranajes de un determinado sistema. Quien no conoce la metodología puede ser excusado por ignorancia; quien, por el contrario, rechaza lo predicado y vivido pasa a pertenecer al grupo de los discordantes, que son los personajes más odiados.

Lenin reservó, como en cualquier organización extremista, su mayor odio para los apóstatas. A uno de sus antiguos aliados le llamó timador, cachorro ciego, sicofante de la burguesía, jaleador de chupasangres y canallas, útil sólo para la «cloaca de renegados». Parecería fruto ...

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