De la fregona al Airbus

Fotos: Rodex / archivo Juli Capella

En el mundo de la empresa, como en el de la Ciencia, el fracaso es inherente a la propia actividad. Son demasiados los factores que intervienen como para poder controlarlos todos. Siempre surgen imponderables. Inevitablemente. Afortunadamente. La cuestión al respecto no es entonces huir del fracaso, y contenerse las ganas de innovar, sino aceptar que el fracaso se ha de presentar en un momento o en otro. Haciéndolo así, cada fracaso se convertirá en un éxito, pues siempre nos dejará enseñanzas prácticas. Esto ...