Perdedor de mus,ganador de contratos
 
 

Cualquier buen jugador de mus sabe que los mejores contrincantes son los que miden a las cartas tanto su destreza como su ingenio, psicología y estudio del adversario, temple de los nervios y agilidad para tomar decisiones valientes con riesgos calculados. Claro que la suerte juega su papel decisivo como en cualquier azar. Pero el jugador de órdagos, de gesticulación excesiva y golpes en la mesa en los envites, que solo araña puntos a la chica y se queja constantemente de no ligar nada, suele ser desdeñado y poco valorado como compañero de partida.

Pepín padre fue el maestro de mus, igual que de ajedrez, de sus hijos. A su buena técnica, aprendida en partidas de universidad y de tabernas de ...

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