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Caracteres incompatibles
Álvaro Merino y Pedro Díaz
1. Un correo electrónico envenenado
No dejo de darle vueltas a la cabeza desde que recibí el correo electrónico de Iñigo. Era la gota que colmaba el vaso. Parece que cuando menos necesitas que surjan los problemas es cuando se presentan con más fuerza.
Soy un enamorado de mi trabajo. Dirigir una escuela de negocios es una profesión apasionante. Sin duda soy uno de esos bichos raros que disfruta haciendo lo que hace. Mi trabajo me aporta grandes satisfacciones: conozco nuevos profesionales cada año, disfruto de un claustro de profesores con un nivel académico excepcional y un bagaje laboral de altísimo nivel. Viajo, y lo hago a países que me han ayudado a ampliar y enriquecer mi visión del ...