Protección, anticipación y límites
La frase que encabeza este capítulo describe de forma brillante lo que ocurre con la responsabilidad social de las empresas: a muchos les parece que es cara, accesoria e innecesaria. Igualmente a otros tantos les parece que no tiene sentido que haya un directivo y un pequeño equipo dedicado por completo a gestionar la responsabilidad social, algo que, en definitiva, hasta hace relativamente poco no existía y no se gestionaba.
Hasta que comprueban lo que cuesta ser irresponsable: pregúntale a BP cuánto cayó su acción o, por extensión, la confianza de sus inversores en la época en que los medios de comunicación mostraban cada día las costas del golfo de México bañadas en petróleo. Pregúntale a Nike, a Levi’s, ...