La sociedad que no quería ser anónima

Se me ha caído el pelo

A menudo tengo la sensación de ser invisible para esta empresa. En los últimos 15 días he sabido de un par de reuniones a las que no me han convocado y de un par de noticias internas más o menos importantes de las que he sido el último en enterarme. Para mayor guasa, me encuentro con el de financiero en el pasillo y me dice:

–¡Álvaro, no te he visto en las jornadas del plan estratégico!

Y yo como en piloto automático voy y le digo:

–¡Amaro, tío, me llamo Amaro y no Álvaro!

Como de costumbre, me trago el cabreo. Llego a mi despacho y me dice Isa en plan «tengo información»:

–Jefe, me he enterado de ...