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Tener derecho a decir lo que se piensa en cualquier momento… Siempre y cuando con ello no se pise el derecho de otro a escuchar lo que no quiere oír en ese momento
Las personas maltratadas ven su zona segura constantemente invadida por el ejercicio de los derechos de la otra persona en detrimento de los suyos. Hay un mal uso de los derechos cotidianos últimamente. Las modas sobre ellos perjudican casi siempre a alguien, que se ve abocado a sufrir las consecuencias de la decisión de otros de imponer en su espacio el suyo. Naturalmente, no es el ejercicio del derecho –sano– el que perjudica, sino el uso que ciertas personas le dan, lejos, naturalmente de la legitimidad de los mismos.
Expresiones como «yo tengo derecho a decirle lo que quiera ...
