Capítulo 11. Gestionar hacia arriba
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Queríamos que despidieran al vicepresidente.
El arquitecto, el director de producto, y yo lo queríamos fuera. Era una startup, y él estaba ausente cuando nos íbamos a trabajar los fines de semana. Cuando estaba en el edificio, sus ideas parecían reaccionarias y precipitadas: carecía de visión. Y lo que es más importante, en un momento en el que estábamos volcando nuestras almas en la startup, no nos inspiraba.
Los tres estuvimos ante la pizarra de la sala de juntas durante tres noches, enumerando nuestros razonamientos, documentando nuestras experiencias y cotejando nuestras pruebas. Tras construir nuestros argumentos, finalmente programamos una reunión con el director general.
"¿Qué pasa?"
Nuestro discurso fue limpio. Cada uno de nosotros tenía un papel bien definido para describir, en relación con nuestro trabajo, cómo el vicepresidente era un cero. Veinte minutos sólidos de incontrovertible negligencia profesional. Sólidos y vendidos. Cuando terminamos, el aire estaba lleno de potencial.
"¿Y?", dijo el director general.
¿Y? pensamos en silencio.
"Entonces, ¿cuál es tu propuesta?"
¿Propuesta? ¿No eres tú el jefe? ¿No decides tú lo que...
"Está claro que estás justificadamente enfadada, pero ¿qué vas a hacer al respecto?".
¿Qué vamos a hacer al respecto? ¿Qué vas a hacer al respecto? Tú eres el jefe.
Sobre la experiencia
Para ...
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