Prefacio
De La Pedriza al Kilimanjaro
Nunca pensé que hollaría la cima de África, el pico Uhuru, situado a 5.891 metros de altura sobre el nivel de un mar universal a cuya vera nací. Y nunca lo había imaginado simplemente porque las alturas no formaban parte de mi agenda vital.
Sin embargo, siempre había sentido atracción por las montañas y los charcos, aunque por orden inverso en cuanto a su importancia. Cuando era un infante mi madre decía que no ganaba para botas porque no había charco alguno que se me escapara; en Asturias, la tierra en la que me crié, la lluvia es frecuente y abundante. Y mis compañeros de trabajo dicen ahora algo similar: que me gusta mojarme en los charcos, al tiempo que reclaman un plus salarial para zapatos porque ...