Con Castilla todo.Sin ella, nada | 08 |
En Aragón estaba solo y no podía recurrir a nadie, porque Isabel todavía no era Reina consorte. Tampoco podía serlo porque no estaba permitido reinar a las mujeres. Era algo que había que cambiar, pero llevaría su tiempo. Otros asuntos más importantes reclamaban mi atención y mis esfuerzos.
Castilla lo era todo, tenía población, territorio, recursos, capacidad económica y productiva, estaba organizada para acometer la empresa que quisiera. Sin embargo, a estas alturas de la vida me encontraba con un Reino por construir y consolidar, con una jerarquía que controlar e integrar en la estructura de la administración y de la política. No podía descuidar el trato deferente a la nobleza; había que unirla ...
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