Introducción
Cuando decides crear un sitio web, hay varios caminos que puedes tomar.
Podrías utilizar un constructor de sitios web estándar (como Wix, Weebly o Squarespace). Pero si lo haces, pierdes la posibilidad de personalizar cada detalle para conseguir lo que realmente quieres. Y como estas empresas alojan todo lo que construyes, también renuncias al control final sobre tu sitio web.
Puedes contratar a un experto (o a un equipo de expertos) para que te construya un sitio web. Encuentra a la persona adecuada y obtendrás un gran producto. Pero, ¿cómo lo mantienes? ¿Cómo haces cambios, añades contenido y haces crecer tu sitio sin pedir a tu experto que haga cada cambio por ti?
O bien, puedes optar por una tercera vía, y utilizar la ridículamente popular herramienta de publicación llamada WordPress. WordPress no es perfecto. Pero hace un trabajo increíble para mantener las cosas tan simples o complejas como quieras. Empiezas con temas gratuitos que tienen una tipografía y unos diseños preciosos. Tienes un sistema de publicación de contenidos que hace que escribir nuevas páginas sea tan fácil como teclear en un procesador de textos. Puedes añadir funciones más avanzadas cuando las necesites, como integración con redes sociales, optimización de búsquedas e incluso comercio electrónico. Y, lo mejor de todo, tú lo controlas todo.
En el momento de escribir estas líneas, WordPress alimenta aproximadamente un tercio de todos los sitios web del mundo, según la empresa de estadísticas ...
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