Prólogo
Desde la programación interactiva en miniordenadores y mainframes en la escuela secundaria y el instituto, hasta dar un pequeño paso atrás hacia un mainframe orientado a lotes y alimentado por tarjetas en la universidad, mientras ganaba dinero vendiendo primero y escribiendo código después para la primera generación de ordenadores personales, he visto ir y venir muchas formas de ordenadores e informática. Aunque los modelos de programación de cada uno de estos sistemas diferían, invariablemente tenían algo en común: había una cantidad fija de potencia de cálculo, memoria y almacenamiento. Mi trabajo, como desarrollador, consistía en escribir código que hiciera el mejor uso posible de estos tres recursos entonces tan preciados, recortando funciones, comprimiendo datos, etc.
Con la aparición de la computación en nube en 2006, con el lanzamiento de Amazon Elastic Compute Cloud (EC2), este modelo empezó a cambiar. Los desarrolladores podían elegir el tamaño y el tipo de instancia que mejor se adaptaba a su código, hacer cambios más tarde y añadir o eliminar instancias rápidamente en respuesta a las cargas de trabajo cambiantes. Este fue un gran paso adelante, que allanó el camino para la introducción de la informática sin servidor en 2014 con el lanzamiento de AWS Lambda.
En la década transcurrida desde el lanzamiento de Lambda, los desarrolladores la han utilizado para crear aplicaciones más flexibles, escalables y rentables que nunca. Aunque la palabra "revolucionario" ...