Prólogo
Estás a punto de adentrarte en una increíble aventura en el corazón del mayor cambio de la industria tecnológica. En esta aventura, formarás parte de una hermandad dirigida por un valiente dúo que se ha atrevido con las montañas, las profundidades y los lagos de datos durante décadas. Viajarás con Patrick McFadin y Jeff Carpenter, junto con una banda de profesionales visionarios, para alcanzar el premio: el poder de crear el futuro de los datos.
Después de leer este libro, podrás crear tus propias aventuras nuevas y llevar a otros contigo para ir más allá del viejo mundo de la computación, gobernado por la infraestructura, hacia el nuevo mundo de la cognición, gobernado por las experiencias autónomas. Va a ser increíble.
El libro que tienes en tus manos está escrito en una época en la que ya hemos asistido a un cambio significativo en la forma en que imaginamos, entendemos y operamos los sistemas a gran escala. El acto de escribir un libro sobre tecnología en medio de todo este cambio puede parecer en sí mismo quijotesco, pero es esencial. Es un momento para detenernos en la Última Casa Casera mientras reunimos las herramientas cognitivas, los suministros y los artefactos que nos ayudarán en el viaje que tenemos por delante.
Necesitamos toda la ayuda que podamos reunir porque el cambio tiende a acelerarse.
En unas pocas décadas, hemos pasado de los mainframes a las redes, a los centros de datos y a las nubes. Cada nueva era parece un mundo nuevo con nuevas reglas y nuevas oportunidades. Construimos ecosistemas de herramientas para adaptarnos a la era; las herramientas permiten un progreso más rápido, y construimos aún más de ellas; nos sentimos insatisfechos a pesar de la velocidad, y de repente hay un nuevo avance que anuncia otra nueva era.
Cada era necesita ocuparse de las mismas preocupaciones: redes, computación y datos. En cada salto adelante, todos necesitan transformarse. Mainframes y terminales, redes y enrutadores, centros de datos y virtualización, nubes y contenedores; al crear arquitecturas para nuevos niveles de abundancia, cada una establece un nuevo listón para la velocidad, la escala y la economía unitaria. Nos esforzamos por ser más rápidos, más grandes y más eficientes.
A medida que cambian las herramientas, también cambian las personas; hay que reconstruir la mentalidad para cada nueva oleada de abundancia, desde los sumos sacerdotes del mainframe a los administradores de red sobrecargados de trabajo, pasando por los obedientes operadores de centros de datos y los espabilados ingenieros de la nube. La infraestructura siempre se ha considerado cara, ya que es un coste del negocio más que el negocio en sí; los equipos tecnológicos de cada época han necesitado centrarse en lo que valora el negocio.
Mainframes y procesamiento de transacciones, redes e intercambio de archivos, centros de datos y comercio electrónico, nubes y aplicaciones: la estrella polar de cada era refleja el enfoque empresarial estándar de la época. Cuando miramos al futuro próximo, vemos nuevos nombres: perímetros, modelos, predicciones y decisiones, que impulsan colectivamente los negocios autónomos.
¿Qué nos impide avanzar hacia la próxima era? ¿Cuál es el gran desbloqueo que nos cuesta conseguir colectivamente? Es lo único que no hemos resuelto maravillosamente... todavía.
La primera mitad de la era de la nube fue definida por AWS de Amazon y copiada por otros: centros de datos federados singulares a escala global que utilizan máquinas virtuales y microservicios de infraestructura, diseñados y evolucionados conjuntamente como un todo único. No hay dos nubes iguales. Varían por estética, por modelos de identidad, por sistemas de facturación, por API. Al igual que en los inicios de las eras del mainframe, la red y el centro de datos, cada pila de nubes estaba integrada verticalmente. Este enclaustramiento ofrecía una gran utilidad al precio de no salir nunca de ella.
La segunda mitad de la era de la nube está definida por Kubernetes y su vibrante ecosistema de herramientas, todas ellas construidas sobre la misma premisa: la unidad de trabajo es un contenedor, no una máquina virtual, un servidor físico o un procesador mainframe. Los contenedores son la ley de la tierra, y representan la granularidad estándar de las cargas de trabajo tecnológicas hasta que llegue la siguiente era. Se trata de trascender las nubes únicas para obtener una postura nativa de la nube en cualquier lugar. El avance de Kubernetes se denomina nativo de la nube para marcar el estado de madurez de la era de la nube.
¿Cuál es el poder mágico que encontramos en los contenedores? Simplemente esto: hemos aprendido que ampliar nuestras ideas requiere reducir nuestras unidades de trabajo. El software está hecho de ideas; la fluidez requiere reducir la escala para encajar estas ideas en unidades más eficientes, y el apalancamiento requiere reducir la escala para aprovechar cualquier infraestructura disponible.
El manifiesto nativo de la nube, tan bien representado por Kubernetes y su ecosistema, nos ha llevado muy lejos hacia el futuro, pero ahora nos encontramos inmovilizados, lejos de la cumbre a la que aspiramos. A pesar de todos los avances que hemos hecho, se centran en operaciones sin estado. Ahora nos enfrentamos a la etapa final de la era: los datos nativos de la nube.
Cuando conquistemos este reto colectivamente, habremos creado un mundo en el que cualquier aplicación o modelo podrá ejecutarse donde se necesite, a la velocidad que exijan los usuarios, porque los datos fluirán con él. Ya sea en un teléfono, un coche, el perímetro de un metro, una nube o un satélite, los datos serán autodescriptivos, observables, fluidos y accesibles. La infraestructura puede volverse invisible y suministrar energía como sueñen los desarrolladores.
Este libro es la clave para liberar ese potencial.
Como cualquier viaje épico, los datos nativos de la nube en Kubernetes son una revelación progresiva. El mundo ordinario del almacenamiento y los StatefulSets te lleva al dominio de la arquitectura de la infraestructura de datos para cualquier carga de trabajo, desde aplicaciones a análisis y aprendizaje automático. Entonces se te abrirá la puerta al mundo extraordinario: una visión de la próxima generación de gestión de datos y de los proyectos de código abierto que están haciendo avanzar el arte de lo posible. Las comunidades abiertas que comparten ideas y código juntas son la única forma de hacer realidad este futuro.
De cara a la próxima década, no sabemos exactamente cómo se llamarán las tecnologías que utilicemos, pero sí sabemos que se basarán en las ideas que estamos haciendo realidad ahora. Bienvenido a la aventura de los datos nativos en la nube, ¡y disfruta del viaje!
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