Prefacio
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Sam está sentada en su escritorio. Es tarde, pero no sabe cuánto. El reloj de pared hace clic detrás de ella. No hay motivo para mirarlo; hace días que no cambia la pila. El segundero está ahí, un paso adelante, un paso atrás. Sam siente lo mismo: ¿cómo ha llegado hasta aquí? Recorre la oficina. Lo único que ve es su reflejo en el cristal oscuro de la ventana. Apretando las palmas de las manos contra los ojos, intenta aliviar la presión punzante que siente tras ellos. Vio este proyecto de migración como una forma de impulsar su carrera, destacar como innovadora y líder, y despejar el camino de directora de TI a vicepresidenta. En lugar de recibir elogios por el éxito de la empresa, le invade el miedo al despido.
La empresa de Sam empezó su proyecto de migración hace cuatro meses, y ahora le está consumiendo la vida. Los retrasos del proyecto están disparando los costes, y las interrupciones están afectando a la experiencia de sus clientes. El CIO se está impacientando con los problemas y ha empezado a cuestionar las capacidades de Sam. He trabajado duro para convertirme en directora de TI; necesito que esta migración vaya sobre ruedas, piensa. Sam vio la migración a AWS como un catalizador para mejorar la agilidad de su empresa e impulsar cambios más ambiciosos. En los dos últimos años, la competencia de las startups se ha vuelto feroz y, como empresa, ...