Capítulo 4. La ley de Hick

Este trabajo se ha traducido utilizando IA. Agradecemos tus opiniones y comentarios: translation-feedback@oreilly.com

El tiempo que se tarda en tomar una decisión aumenta con el número y la complejidad de las opciones disponibles.

Visión general

Una de las principales funciones que tenemos como diseñadores de es sintetizar la información y presentarla de forma que no abrume a las personas que utilizan los productos y servicios que diseñamos. Hacemos esto porque comprendemos, casi instintivamente, que la redundancia y el exceso crean confusión. Esta confusión es problemática cuando se trata de crear productos y servicios que parezcan intuitivos. Por el contrario, debemos permitir que las personas alcancen sus objetivos de forma rápida y sencilla. Corremos el riesgo de causar confusión cuando no comprendemos completamente los objetivos y las limitaciones de las personas que utilizan el producto o servicio. En última instancia, nuestro objetivo es comprender lo que el usuario pretende conseguir, de modo que podamos reducir o eliminar todo lo que no contribuya a que alcance con éxito su(s) objetivo(s). En esencia, nos esforzamos por simplificar la complejidad mediante la eficacia y la elegancia.

Lo que no es ni eficiente ni elegante es cuando una interfaz ofrece demasiadas opciones. Esto es un claro indicio de que quienes crearon el producto o servicio no comprenden del todo las necesidades del usuario. La complejidad va más allá de la interfaz de usuario; también puede aplicarse a los procesos. La ausencia de una llamada a la acción distintiva y clara, una arquitectura de la información poco clara, pasos innecesarios, demasiadas opciones o demasiada información... todo ello puede ser un obstáculo para los usuarios que intentan realizar una tarea concreta.

Esta observación está directamente relacionada con la ley de Hick, que predice que el tiempo que se tarda en tomar una decisión aumenta con el número y la complejidad de las opciones disponibles. Este principio no sólo es fundamental para la toma de decisiones, sino también para la forma en que las personas perciben y procesan las interfaces de usuario que creamos. Veremos algunos ejemplos de cómo se relaciona este principio con el diseño, pero primero veamos sus orígenes.

Orígenes

La ley de Hick fue formulada en 1952 por los psicólogos William Edmund Hick y Ray Hyman, que examinaban la relación entre el número de estímulos presentes y el tiempo de reacción de un individuo ante un estímulo determinado. Lo que descubrieron fue que aumentar el número de opciones disponibles incrementa logarítmicamente el tiempo de decisión. En otras palabras, la gente tarda más en tomar una decisión cuando se le dan más opciones entre las que elegir. Resulta que existe una fórmula real para representar esta relación: RT = a + b log2 (n) (Figura 4-1). Esta fórmula calcula el tiempo de respuesta (TR) en función del número de estímulos presentes(n) y de dos constantes arbitrarias medibles que dependen de la tarea(a, b).

Afortunadamente, no necesitamos entender las matemáticas que hay detrás de esta fórmula para comprender lo que significa. El concepto es sencillo cuando se aplica al diseño: el tiempo que tardan los usuarios en interactuar con una interfaz está directamente correlacionado con el número de opciones disponibles para interactuar. Esto implica que las interfaces complejas u ocupadas dan lugar a tiempos de decisión más largos para los usuarios, porque éstos deben procesar primero las opciones que tienen a su disposición y luego elegir cuál es la más relevante en relación con su objetivo. Cuando una interfaz está demasiado ocupada, las acciones son poco claras o difíciles de identificar, y la información crítica es difícil de encontrar, aumenta el esfuerzo mental necesario para encontrar lo que buscamos. Este aumento del esfuerzo mental suele denominarse carga cognitiva, de la que hablamos en el Capítulo 3, "La ley de Miller".

Figura 4-1. Diagrama que representa la ley de Hick

Ejemplos

Ahora que ya conocemos la ley de Hick, veamos algunos ejemplos que demuestran este principio. Hay ejemplos de la ley de Hick en acción en todas partes, pero empezaremos con uno muy común: los mandos a distancia.

A medida que el número de funciones disponibles en los televisores aumentaba a lo largo de las décadas, también lo hacían las opciones disponibles en sus mandos a distancia correspondientes. Al final, acabamos teniendo mandos a distancia tan complejos que su uso requería o bien memoria muscular por el uso repetido, o bien una cantidad significativa de procesamiento mental. Esto dio lugar al fenómeno conocido como "mandos a distancia para abuelos". Al tapar todo excepto los botones esenciales, los nietos pudieron mejorar la usabilidad de los mandos a distancia para sus seres queridos, y también nos hicieron a todos el favor de compartir los mandos modificados en Internet(Figura 4-2).

En cambio, hoy en día tenemos mandos a distancia inteligentes para TV : los primos aerodinámicos de los ejemplos anteriores, con los controles simplificados a sólo los absolutamente necesarios(Figura 4-3). El resultado es un mando a distancia que no requiere una cantidad sustancial de energía mental. La complejidad se traslada a la propia interfaz del televisor, donde la información puede organizarse eficazmente y revelarse progresivamente dentro de los menús.

Figura 4-2. Mandos a distancia de TV modificados que simplifican la "interfaz" (fuentes: Sam Weller vía Twitter, 2015 [izquierda]; Luke Hannon vía Twitter, 2016 [derecha])
Figura 4-3. Un mando a distancia de televisor inteligente, que simplifica los controles a sólo los absolutamente necesarios (fuente: Apple, 2023)

Ahora que hemos visto algunos ejemplos de la ley de Hick en funcionamiento en el mundo físico, pasemos a centrarnos en el digital. Como ya hemos visto, el número de opciones disponibles puede tener un impacto directo en el tiempo que se tarda en tomar una decisión. Podemos garantizar mejores experiencias de usuario proporcionando las opciones adecuadas en el momento adecuado, en lugar de presentar todas las opciones posibles todo el tiempo. Un ejemplo excelente de esto lo encontramos en la Búsqueda de Google, que ofrece la posibilidad variable de filtrar los resultados por tipo (todos, imágenes, vídeos, noticias, etc.) sólo después de haber iniciado la búsqueda(Figura 4-4). Esto ayuda a mantener a las personas centradas en la tarea más significativa que tienen entre manos, en lugar de verse abrumadas con decisiones al principio.

Figura 4-4. Google simplifica la tarea inicial de búsqueda (izquierda) y ofrece la posibilidad de filtrar los resultados sólo una vez iniciada la búsqueda (derecha) (fuente: Google, 2023)

Veamos otro ejemplo de la ley de Hick. La incorporación es un proceso crucial pero arriesgado para los nuevos usuarios, y pocas aplicaciones lo hacen tan bien como Notion(Figura 4-5). Notion ayuda a los principiantes a aprender los fundamentos de su producto proporcionándoles una lista de comprobación fácil de seguir para empezar. Es una forma eficaz de incorporar usuarios, porque imita la forma en que aprendemos realmente: a menudo aprendemos mejor haciendo y basándonos en lo que ya sabemos. Proporcionando pasos en un entorno libre de riesgos, podemos permitir que los nuevos usuarios empiecen a interactuar con una aplicación sin que se sientan abrumados por un sinfín de posibilidades para empezar.

Figura 4-5. Captura de pantalla de la experiencia de incorporación progresiva de Notion (fuente: Notion, 2023)

Otro ejemplo habitual de la ley de Hick en acción lo encontramos en los servicios de streaming y en las opciones que se nos presentan a la hora de decidir qué ver. Tomemos, por ejemplo, Netflix, que descubrió que sus clientes tardaban una media de 18 minutos en encontrar un programa o una película. La razón era que a menudo se quedaban paralizados por la indecisión a la hora de seleccionar un programa o una película, debido a la cantidad de opciones que tenían ante ellos. Para ayudar a remediarlo, Netflix introdujo varias funciones, como "Trending Now" y "Popular on Netflix"(Figura 4-6), como formas de dar más peso a opciones específicas mediante la prueba social de que otros las han disfrutado.

Figura 4-6. Las secciones "Trending Now" y "Populares en Netflix" de Netflix dan más peso a opciones específicas a través de la prueba social (fuente: Netflix, 2023)

Conclusión

La ley de Hick es un concepto clave en el diseño de la experiencia del usuario, porque es un factor subyacente en todo lo que hacemos. Cuando una interfaz está demasiado recargada, las acciones son poco claras o difíciles de identificar, y la información crítica es difícil de encontrar, los usuarios soportan una mayor carga cognitiva. Simplificar una interfaz o un proceso ayuda a reducir la carga mental, pero debemos asegurarnos de añadir pistas contextuales para ayudar a los usuarios a identificar las opciones disponibles y determinar la relevancia de la información disponible para las tareas que desean realizar. Es importante recordar que cada usuario tiene un objetivo, ya sea comprar un producto, comprender algo o simplemente aprender más sobre el contenido. Considero que el proceso de reducción, o eliminación de cualquier elemento que no ayude al usuario a alcanzar su objetivo, es una parte fundamental del proceso de diseño. Cuanto menos tengan que pensar en lo que tienen que hacer para alcanzar su objetivo, más probable es que lo consigan.

1 "¿Por qué nos cuesta más elegir cuando tenemos más opciones?", The Decision Lab, 16 de agosto de 2018, https://oreil.ly/mmpYT.

2 Barry Schwartz, La paradoja de la elección: Por qué más es menos (Nueva York: HarperCollins, 2004).

3 Sheena S. Iyengar y Mark R. Lepper, "Cuando la elección es desmotivadora: ¿Se puede desear demasiado de algo bueno?", Journal of Personality and Social Psychology 79, nº 6 (2000): 995-1006.

4 En un ejercicio cerrado, los grupos están predefinidos por el investigador.

5 Jakob Nielsen, "Card Sorting: Pushing Users Beyond Terminology Matches", Nielsen Norman Group, 23 de agosto de 2009, https://oreil.ly/bxhNN.

Get Leyes de la UX, 2ª Edición now with the O’Reilly learning platform.

O’Reilly members experience books, live events, courses curated by job role, and more from O’Reilly and nearly 200 top publishers.